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Como maestro , desde el día en que llegué a la escuela, que el Balmes es grande; pero no es grande sólo por sus instalaciones, sino por la gente que forma parte de su proyecto (maestros y otros trabajadores, alumnos, familias ...) y sobre todo por sus proyectos. Formar parte de un sueño como es el Balmes-Bata me llena de orgullo y nos debe llenar a todos los que participamos en él.

Durante el mes de abril estuve en Guinea Ecuatorial con el fin de ver cuál era el funcionamiento de nuestra escuela y os puedo asegurar que tener 300 alumnos africanos abrazándome y dándome las gracias por la escuela que estamos creando ha sido muy emocionante. Ver en sus caras su gratitud por la tarea que estamos haciendo, no tiene precio.

 

Pero ahora toca ir más allá, mucho más, porque este viaje es de ida y de vuelta y su actitud ante la vida nos debe enseñar como comunidad educativa. Hay 300 alumnos que llegan cada día a la escuela sabiendo que son afortunados al ser parte de los pocos jóvenes de todo el estado que pueden tener estudios; ellos saben que la educación es su pasaporte hacia una vida mejor dentro de su país sin tener la necesidad de cruzar medio continente para jugársela en las aguas del estrecho.

Por lo tanto, iniciamos ahora una campaña para conseguir 300 padrinos, uno para cada niño, con el objetivo de que muchos de los alumnos de nuestra escuela en Guinea, que no han tenido la suerte de vivir como nosotros en un país occidental, puedan tener una escuela en condiciones y una comida asegurada cada día. Recuerdo cuando en una reunión de padres guineanos dije que España estaba en crisis: muchos se rieron, evidentemente al principio no me hizo ningún tipo de gracia, pero luego con el tiempo, lo entendí.

En esa reunión estaban los padres de Alberto y Anita, que viven en una cabaña de madera junto a las aguas fecales del vecindario, como muchos más. Muchos, que viven con la pena de no saber si sus hijos comerán hoy, tienen la esperanza de que los maestros les sigan regalando bocadillos para que puedan estar menos desnutridos.

Okume AZ somos su esperanza, 300 familias somos parte de la solución, al menos con el precio de un café diario ellos comerán cada día, podrán ir a la escuela y recibiremos de ellos no solamente una satisfacción sino una herramienta educativa. Es el momento de sentirnos orgullosos de nuestra tarea. Es el momento de que nos demos cuenta nosotros, los mayores, y hagamos darse cuenta a los más pequeños de nuestra suerte y que intentemos dedicar parte de nuestra energía a todos aquellos que nos piden, con su mirada, que les cambiemos el destino.

Espero poder transmitir en estas líneas las emociones vividas durante mi estancia en Guinea Ecuatorial y mis experiencias como Presidente. Hagamos que el lugar de nacimiento no marque el destino de las vidas.

Eduard Plana

Presidente Fundación Okume AZ

Fotos del viaje abril 2015