La revista "El Baixador de Castelldefels" publica un artículo escrito por el Director de la Fundación OKUME AZ, el Dr. Jordi Seuba.

SARNA

Cuando decides implicar una pequeña parte de tu vida que tiene que ver con tu profesión a ir a países en vías de desarrollo y ejercer allí, a tiempo parcial tu trabajo, resulta que observas un montón de esas enfermedades que un día leíste pero que jamás diste crédito a su existencia.

Es curioso que tras doce años en esa extraña vicisitud y viendo todo tipo de patologías, algunas inicien su andadura en este nuestro primer mundo cuando apenas creímos en su inicio de su existencia y desde luego dudamos tras observarlas que pudieran abandonar su lugar de máxima influencia e instalarse en nuestras vidas de una forma cada vez menos casual.

Quizás esa es la historia de la sarna, enfermedad causada por un ácaro de nombre científico Sarcoptes scabiei, enfermedad que implica su amplia extensión y contagio por el contacto directo con la persona parasitada y para ello necesitamos unas condiciones determinadas, una falta de limpieza evidente por parte del trasmisor y el trasmitido y según el lugar donde se instale el parásito una evidente promiscuidad sexual.

En ese tercer mundo donde la descubrí  la vimos de forma evidente principalmente en niños, vimos esos surcos de cinco a quince milímetros instalados principalmente en manos y pies con lesiones de rascado evidente , pero en esos niños viendo como formaban parte  de su vida en una simbiosis sin igual, como niños de tribus pull de la zona de Mali y Senegal, niños nómadas que viven con animales que aquí catalogaríamos de granja pero que allí siendo exactamente de la misma familia carecen de ningún elemento de control en lo que a las enfermedades que presentan refiere, y como ello y el contacto continuo entre ellos  facilita la proliferación del parásito, su reproducción y la búsqueda permanente de otro huésped que a su vez contagiará a otro y así hasta afectar a toda una población y a veces incluso a una región entera, y como uno, médico inmaculado, color lactosa observa como esos minúsculos animales provocan un picor generalizado en todos ellos con el que conviven sin pudor mientras tu extremas  los cuidados para evitar el contagio mientras intentas un tratamiento sabiendo que a pesar de que le elimines ese parásito en ese momento, cuando gires la cabeza a otro lado alguien rozará a ese niño estéril de enfermedades y volverá a contagiarlo en una lucha innegable del ser humano para su supervivencia.

Finalmente vuelta a nuestra realidad gracias a la contante fluencia de este mundo global, gracias a que el parásito viaja en nuestro cuerpo y coge ese avión, ese barco, ese tren igual que el huésped, y convive con nosotros  ciudadanos estériles ajenos a tales circunstancias y de repente de forma poco  precisa , tras dos semanas del contacto iniciamos ese prurito generalizado, esas lesiones en surcos que al no estar acostumbrados aparecen y esa vesícula al final de ese surco que contiene la hembra del parásito.

Vamos al médico tras intentar aliviar el picor de cualquier forma y al evidenciar principalmente en nuestros hijos que algo escapa a nuestro control.

Pero en este nuestro mundo existen médicos y farmacias que nos provienes del tratamiento necesario y tras un a higiene correcta de sábanas y ropa en prevención por posible a nidación de nuestro inquilino no invitado eliminamos finalmente el problema y como no vivimos en medio de una tribu pull en medio del África subsahariana, con toda probabilidad no adivinaremos donde contrajimos semejante  incordio pero no volveremos a visualizarlo a no ser que nuestro escaso cuidado vuelva a encontrarse con semejante parásito.

Dr. Jordi Seuba Garcés
Director General de la Fundación Privada Okume AZ.
Médico General que presta sus servicios en el Centro Médico Castelldefels.